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viernes, 10 de mayo de 2013

Carcaño, versión séptima



   
    Como en el más macabro cante por sevillanas que jamás tuviera fin, Carcaño va ya por la séptima. No importa, como si quiere cantar otras siete versiones más. Nadie quiere mirar a Carcaño cara a cara, descuida. A la de los padres de Marta, tampoco. Creo que ya ha superado él de largo el vacile que se traía Hannibal Lecter con Clarence Starling en aquella de los corderos. Sólo que Carcaño y sus cómplices, sobre el remoto cadáver de Marta del Castillo, de quien siguen mofándose es de toda la sociedad. Y a quién le importa, y qué más da.
        
     ¿Por qué entonces no insistir un poco? Mira que se habrán escrito novelas y filmado películas (glorioso cine negro) sobre los tenebrosos y omnímodos poderes que el Estado, ese Monstruo frío, posee para quebrantar la voluntad de los individuos, incluso de las más criminales organizaciones de delincuentes. Pero la desnuda verdad del caso Marta delCastillo revela que tres pelanas y un menor han ridiculizado y han burlado cuanto les ha venido en gana todo el supuesto aparato represor e inquisidor con que cuenta el “terrible” Sistema: policías, fiscales, jueces, abogados, investigadores, periodistas, pedagogos, psicólogos, educadores, criminalistas. De todos ellos se han cachondeado con creces.
      
     Vimos desenvolverse a los acusados en las sesiones del juicio, pasados ya años del horrible crimen. ¿Cómo ha obrado el paso de la Justicia, de los valores que la inspiran, sobre ellos? Cabría pensar que algún humano sentimiento de culpa, de contrición, de piedad al menos, se deslizaría entre alguno de ellos ante la barbarie por ellos protagonizada. Ni por asomo: actuaron y actúan los criminales como resabiados figurantes de un reallity. ¿No debería un verdadero sistema de elemental justicia como mínimo ponerles enfrente de lo que hicieron?
     
    En el súmmum del desquicie, el entonces ministro de Justicia se preocupó en su momento de establecer que… ¡el asesino tenía todo el derecho del mundo a mentir! ¿Era necesario recordarlo? ¿Alguien de toda esa legión interminable de responsables públicos ha mostrado su vergüenza, su pesar al menos, por el bochorno sufrido? ¿Alguien ha sentido removida en un mínimo pellizco su conciencia para pedir perdón a esos padres, para al menos presentar su dimisión? Pregúnteles a todos estos expertos por el asesinato. Todos le dirán: la culpa es… del Sistema. Y a correr.
     
    Qué pensar, entonces, a la vista de este incalificable caso, cuando desde el Poder nos aseguran que muy curtidos etarras de plano cantan en los simples interrogatorios. Acabamos de verlo: Carcaño anuncia una nueva versión: culpa a su hermano ahora. Revuelo de portadas en los media. Se vuelve a poner en marcha la costosísima maquinaria de nuevo… en vano. El Juez masculla improperios sobre la Policía, por dar pábulo al nuevo cante. El hermano anuncia una querella criminal contra Carcaño.  Al fondo los deudos de Marta del Castillo, un poco más rotos. Las sevillanas siniestras de Carcaño, que no terminan.




LAS HISTORIAS DE UN BOBO CON ÍNFULAS
(Resumen de la obra en post del 27-1-2013 y 1-2-2013)
154 pgs, formato de 210x150 mm, cubiertas a color brillo, con solapas. Precio del libro: 15 Euros. Gastos de envío por correo certificado incluidos en España. Los interesados en adquirirlo escribidme por favor a josemp1961@yahoo.es
“No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo” (Pessoa)

4 comentarios:

Cati Serra dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Este es un ejemplo más de cuando se pone mucha más protección y cuidado en el asesino, que en la víctima. En las vascongadas lo hemos tenido durante todos estos años, y al final el dicurso del buenismo ha calado en la sociedad, y se ha culpado de todo a las propias víctimas.

Para este caso de Marta, hay una medida que se me ocurre para que canten hasta La Traviata: en una celda más bien de tamaño justito, todos los implicados en amor y compañia, con un estancia prolongada hasta que entre ellos se pongan de acuerdo en decir qué hicieron con el cuerpo de Marta y dén un relato de los hechos. La convivencia diaria y el roce hace maravillas, os lo aseguro.

Pero claro, entonces llegarían los de los derechos, Anmistías, etc, etc...a decir, que eso es una barbaridad, y que el sistema judicial no puede ser vengativo, sino, buscar la reinserción; espera que para esta letra, voy a poner unos violines de fondo.

CLAVE dijo...

Yo me pregunto lo mismo que tu, como estos mindunguis, tiene a toda una jurisprudencia en el bolsillo, si asesinos profesionales han cantado la traviata.
Este caso es repugnante y quizás el mas doloroso de la historia, tener a unos padres mendigando el poder enterrar a su hija..saludos..

Lectora dijo...

Si a Carcaño le hicieran pagar los costes que han supuesto sus versiones falsas: dragar un río, peinar un vertedero etc... que le pasen la cuenta a él o a su familia, o que se lo transmuten en pena, ya verás que rapidito se le pasan las ganas de contar mentiras.
Que aquí te pierdes en la montaña y hay que pagar el rescate y este se está riendo de todos y no le sucede nada.